- Área: 50 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Manuela Monte Casablanca
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este proyecto fue encomendado por una pareja joven sin hijos que deseaba tener su primera vivienda.
Uno de los objetivos principales del diseño fue crear un espacio flexible que pudiera adaptarse a las necesidades de sus ocupantes y a las características del lugar de emplazamiento. El presupuesto con el que se contaba para la construcción era de 300 dólares por metro cuadrado.
El terreno donde estaría la casa está ubicado en una zona alejada de las áreas más densamente pobladas de la ciudad. Con muchos árboles y pocos vecinos alrededor, el diseño debía beneficiarse de la ventilación natural, la luz, las vistas del lugar y al mismo tiempo brindar la seguridad necesaria a sus ocupantes.
La relación interior/exterior así como la sobriedad en los acabados fueron pautas importantes en la estética del proyecto. Las paredes están construidas con paneles estructurales de malla electrosoldada con alma de poliestireno y repelladas con cemento. La distribución espacial interna está definida por una planta abierta en donde se han agrupado juntos los núcleos húmedos para optimizar la disposición de las instalaciones sanitarias. Sobre el baño y la cocina se ubicó el dormitorio, permitiendo así que el resto de la casa se volviera un espacio continuo de usos múltiples. El interior de la vivienda se abre hacia la terraza mediante un sistema de portones independientes que permiten crear diferentes niveles de “apertura” o privacidad. Los portones se cierran con una celosía de madera que permite una ventilación más efectiva.
Para aprovechar mejor el presupuesto se decidió que la paleta de colores de la casa sería la de los materiales, expuestos tal cual fueron utilizados en la obra. Las paredes quedaron sin pintar para que los dos tonos diferentes de repello dieran lugar, con el tiempo, a sutiles cambios de tono gracias al actuar natural de los elementos sobre el material.
Al diseñar una vivienda es fundamental brindarle la capacidad de poder desarrollarse en el tiempo y que así pueda crecer junto a la familia que la habita. En este sentido uno de los requerimientos específicos de la Casa M.A. fue que se pudiera agregar un cuarto más en el futuro, pero sin que la adición afectara la estética original del proyecto. Para lograr este objetivo se diseñó la terraza como el área destinada para la eventual expansión, de esta manera el techo estaría instalado desde un principio y lo único que debería de añadirse para la creación del nuevo espacio serían paneles livianos de cerramiento. Los portones que se desmontarían para la inclusión del cuarto se trasladarian a la nueva fachada.
Dos años después de haberse terminado la construcción original se debió construir el cuarto para dar la bienvenida a la nueva integrante de la familia.